.png){kind=small}
En el mundo mágico de Disney, la experiencia del cliente es el corazón de todo lo que hacemos. Si bien la búsqueda de la perfección es un objetivo constante, algo que he aprendido de Disney es que las buenas intenciones son un ingrediente fundamental para crear momentos inolvidables.
Te cuento una historia que refleja esta filosofía aplicada al turismo: un viaje a la Patagonia, donde la amabilidad y el servicio genuino de una familia local transformaron por completo mi experiencia.
Durante un viaje a la Patagonia, me alojé en una hostería familiar cerca de El Chaltén. Antes de una caminata al Monte Fitz Roy, don Jorge, uno de los propietarios, me dio consejos y me prestó su chaqueta impermeable, asegurándose de que estuviera preparada para el clima cambiante.
Su amabilidad transformó mi experiencia.
De vuelta en la hostería, Jorge y su familia organizaron una cena casera para todos los viajeros, creando un ambiente familiar y acogedor. Aunque la comida no era gourmet, la calidez y autenticidad de la experiencia fueron inigualables.
En Disney, me enseñó que las buenas intenciones son la base de una experiencia del cliente excepcional. Son los pequeños detalles, la atención personalizada y el deseo sincero de hacer que cada huésped se sienta bienvenido lo que realmente marca la diferencia y crea recuerdos duraderos. ❤️
¿Coincidís con esto? ¿Viviste experiencias similares? ¡Compartí tu historia en los comentarios! 🌟
Recordá que la implementación de este principio, te llevará hacia una expedición CX exitosa.
Un abrazo,
Leti ✨
Comments